martes, 20 de agosto de 2013

Dos años de aquella gran lluvia en Cuatro Vientos...

¡Hola, hola, hola!

Querido lector... ¡Cómo pasa el tiempo! Si ya hace dos años de la JMJ de Madrid. ¡Que días tan especiales aquellos! ¡Cuantas cosas vividas! ¡Cuanta preparación previa! ¡Cuantas cosas vividas después...! Si. La JMJ de Madrid fue, me atrevo a decir, que un hito, un antes y un después para muchísimos jóvenes españoles, para muchos de nosotros...

Cientos de personas se volcaron para preparar acogidas para los peregrinos de otros países; miles de voluntarios prestando su tiempo para que el encuentro saliera adelante; curas, religiosas, catequistas en las parroquias volcados para que todo estuviese dispuesto para el gran evento. Es millones de jóvenes ilusionados compartiendo juntos lo más hermoso que puede tener un hombre, y el único lenguaje que puede entenderse universalmente: la fe.

Mucha preparación humana detrás y... ¡Dios que vuelve a sorprender! Siempre lo hace. Recuerdo con especial emoción muchos momentos en los que Él se había palpable: la alegría de los miles de peregrinos cantando camino de Cuatro Vientos, el silencio sepulcral de dos millones de personas arrodilladas junto al Papa delante de Jesucristo, la lluvia...

¡Si! ¡Me encantó la lluvia! ¿Por qué? Porqué fue una sorpresa, porque fue inesperada, porque todo el trabajo previo de preparación no pudo prever aquello. Para mi fue el gran signo de Dios de que Él siempre es más, el siempre nos rompe los planes y los esquemas, el siempre nos sorprende con algo. Y me encantó además porque fue la lluvia la que propició que Benedicto XVI pronunciara espontáneamente sus famosas palabras: "¡Queridos jóvenes, hemos vivido una aventura juntos!"

Eso fue la JMJ de Madrid, una gran aventura de la Iglesia. Una gran sorpresa de Dios para todos nosotros. Me ha alegrado comprobar a lo largo de este año, con la humilde renuncia de Benedicto, la elección de Francisco, la JMJ de Brasil... como Dios continua sorprendiéndonos. La Iglesia sigue viva, ¡no son sólo unas Jornadas Mundiales bonitas! ¡Cuantas gracias hay que dar por la JMJ de 2011! ¡A cuantos chicos y chicas el Señor tocó en Madrid hace dos años! Lluvia de gracia. Y continúa... Que hermoso es ser cristiano. Que grande la Iglesia. Que bello es compartirlo.

Hasta más leernos y escribir por aquí, ¡querido lector! Que Dios te bendiga.

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